lunes, 8 de febrero de 2010

RIVER, POR DEBAJO DE LOS HOMBRES Y DE LOS NOMBRES (Y DE LOS CONTEXTOS, TAMBIÉN)

En el Planeta Fútbol, escuchamos hasta que la cabeza nos estalla como una bolsa de pochoclos que un club debe estar por encima de los hombres y de los nombres. Casi siempre, la máxima asalta a los medios cuando el cuadro ofrece situaciones colectivas complicadas, o episodios individuales ya sentenciados por la sensibilidad popular. Sin embargo, para analizar al Mundo River, vocero por excelencia de la teoría, no es indispensable que el DeLorean surfee en el pasado profundo, sobre todo si se pretende rescatar un póker de hits antológicos que abracen el sentido inverso del axioma. Incluso, buena parte del material, se escribe en presente.

Track 1. "FALSA GAMBETA".


Quedó demostrado que Ariel Ortega, el jugador, es más importante que River. Por lo menos, eso pensaron y piensan la anterior y la actual CD. También, los últimos entrenadores, incluido Simeone, que solamente lo desafectó con el éxito consumado, pero que se valió de un Ortega enfermo para ganar el título. Se referencia a la actual CD porque ha tomado noción pública que éste faltazo de Ortega no fue el primero del año. Ni siquiera el segundo o el tercero...

La labor del club debería perfilarse a ayudarlo fuera de un campo de juego. De lo contrario, tarde o temprano, ambos se terminan dañando, aunque lo hagan de manera involuntaria.

Mientras, nadie toma la decisión definitiva y Ortega vuelve a aparecer y a desaparecer, pero su cintura ya no engaña a nadie.

Ante la exposición mediática, Passarella tiene la chance histórica de tatuar "se acabó la joda" en un hecho y evitar que ésas cuatro palabritas sigan flotando en el aire, o bailando sin sentido en la memoria del hincha. De lo contrario, el olfato pirañesco de algún editor de TVR la secuestrará para la posteridad.

Track 2. "MUÑECO DE CRISTAL".

Quedó demostrado que Marcelo Gallardo, el jugador, es más importante que River. De lo contrario, no se entiende cómo un futbolista que se había ido del club porque ya no estaba para ser titular en un certamen exigente -al menos desde lo físico-, y que tuvo un paso penoso por Francia y otro por la MLS, es considerado fundamental por el cuerpo técnico y logra su permanencia pese a que el presidente sugiere lo contrario. Desde el punto de vista futbolero, no exiten argumentos que avalen su continuidad, ya que, desde su vuelta, jamás pudo completar siquiera el 50% de un torneo y, cuando participó, su aporte no fue regularmente positivo.

Además, por peso propio, Gallardo tapa el crecimiento de pibes que prometen y que solamente vieron minutos cuando él estuvo lesionado, como son los casos de Mauro Díaz o Lamela. Incluso, a Lamela se lo ha corrido en algunos encuentros a la banda para no acumular jugadores en la posición, como si la permanencia de Gallardo en los próximos semestres estuviera asegurada...

Track 3. "SOLAMENTE VINE POR EL SILLÓN"

Quedó demostrado que el juego político está por encima de River. De lo contrario, no se entiende cómo D'Onofrio, alias "Mister Proyecto", desapareció del club en un momento tan crítico ¿Donde está ahora el clan Santilli para dar una mano?

El resto tampoco se salva. Passarella despreció el aporte que ofrecía Caselli a la hora de los refuerzos. O sea, le convino la sociedad para que la Junta Electoral le asegurara el triunfo o para poner a parte de los empleados al día, pero no quiso arriesgarse a que Caselli -que ya parece estar más preocupado en 2013 que en el presente- apareciera en la foto si llegaban refuerzos importantes...

Y, ojo, esto poco tiene que ver con un estilo de política de Passarella, ya que Rojas, a priori un acierto, también llegó de la mano de empresarios (conocidos del presidente). Bueno sería que Daniel le agradezca a la AFA y al Gobierno la mano que le están dando. River estuvo a punto de entrar en una situación jurídica similar a la de Racing post palabras de Liliana Ripoll, ya que la flamante dirigencia había gestionado un préstamo bancario sin garantías sólidas. En criollo: se pidió un crédito cuyo respaldo no estaba en condiciones de cubrir un eventual incumplimiento, "por lo que se expuso al club a que sus activos fueran susceptibles de ejecución ante el primer retraso, a que comenzaran a aparecer cheques sin fondos, a que la convocatoria de acreedores fuera inevitable, etc".

La noticia aterrizó en la AFA y se comunicaron con Passarella. Allí, se acordó un adelanto de buena parte de lo que le corresponde a River por derechos de televisión en los próximos años, a cambio de que el club no fuera una de las banderas del G-6. Esos famosos millones que trascendieron mediáticamente, no tuvieron a la AFA como garante, sino como prestamista controlador.

Las condiciones de los créditos bancarios fueron modificadas gracias a la gestión estatal (el resto, los pedidos por el Aguilarato, siguen garantizados con casi todos los recursos de River, desde la cuota social hasta los contratos con Adidas y Petrobras). Obviamente, si Passarella hace las cosas bien, no sería extraño ver una comunión mediática entre los K y el Kaiser, pero que quede claro que sin el respaldo gubernamental, River pudo haber entrado en coma cuatro. Obviamente, en un 99%, por lo realizado por la anterior CD, pero también por impericia y desconocimiento en algunas determinaciones de los actuales dirigentes.

Somos varios los que escuchamos, pocas horas después de las elecciones, y desde las entrañas de la actual dirigencia, la frase: "Estábamos en condiciones de ganar, pero no sé si estamos en condiciones de gobernar..."

Track 4. "UN JEFE PROMEDIO".

Quedó demostrado que los desafíos personales están por encima del club. Al menos, eso parece suceder con Leonardo Astrada, quien condicionó su vuelta a un contrato que excediera en un año al resultado de las elecciones.

Sin embargo, no puso reparos en la calidad de los refuerzos, no insistió vehementemente en la llegada de una quinta incorporación luego del caso Buonanotte y respaldó las permanencias de Gallardo y Ortega.

River necesita una campaña de campeón para arrancar el período 2010/11 apenas alejado de la zona de descenso y Promoción. Tácticamente, se podrá estar de acuerdo o no, pero está claro que, al igual que la CD, Astrada ha subestimado los márgenes de error.

En síntesis, pareciera que River está jugando al póker con cartas de truco. Y, lo peor de todo, es que en cada mano se miente a si mismo.

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